PRUEBA: TOYOTA CELICA GT 2.0
Fuente: Motor 16 Nº353, 28 de Julio de 1990
Tan solo tres años después del lanzamiento del anterior Celica, apareció el modelo que hoy llega a nuestras páginas. Esta renovación prematura ha permitido realizar un coche específicamente pensado para Europa.
Virtudes - Comportamiento - Consumos ajustados - Climatización Defectos - Plazas traseras justas - Pereza a bajo régimen - Tacto del freno |
Tradicionalmente, los deportivos japoneses pecan de ser muy al gusto americano, con todas las ventajas e inconvenientes que esto conlleva. Por fin llega a Europa un coupé deportivo que encaja perfectamente en los hábitos del viejo continente, ahora que parece que la demanda de este tipo de vehículos está en pleno crecimiento.
La comparación de este modelo con el que acaba de sustituir es inevitable, puesto que el anterior Celica se encontraba en su apogeo comercial y era un coche perfectamente vigente. Se puede decir que casi lo único que resta en común es el nombre, puesto que la mecánica y la plataforma han sufrido importantes modificaciones, lo cual unido a una estética totalmente nueva, hacen que el resultado sea un coche totalmente nuevo.
Como primer plato, el importador de Toyota en España, ha traído la versión 2.0 con motor de cuatro cilindros y 16 válvulas, Más adelante llegarán las versiones 1.6 y Turbo de tracción integral.
Este Celica pierde las medias tintas y pasa a ser un auténtico coupé con un habitáculo muy acogedor, pero con una amplitud bastante bastante limitada respecto a la anterior versión, en particular en lo que se refiere a las plazas posteriores.
El motor mantiene el carácter típico de los multiválvulas, con una respuesta un tanto tranquila a pocas vueltas, para subir con alegría hasta las 7.000. No obstante la buena voluntad del motor se aprecia por la ausencia total de vibraciones y tirones por mucho que apuremos la velocidad. La verdadera personalidad de los 160 caballos se aprecia en cuanto se superan las 3.500 revoluciones. A partir de ese momento, la energía aparece a raudales y se consiguen unas buenas aceleraciones. Aunque no es un aspecto que se mire mucho en un coche de este segmento, es sorprendente el bajísimo consumo conseguido sea cual sea el ritmo al que rodemos. Tan sólo si apuramos al máximo en marchas cortas, notaremos que el consumo sube a cifras que, en cualquier caso, nunca llegan a ser escandalosas.
Este motor se adapta perfectamente a los desarrollos de cambio. Estos no son demasiado cortos, pero permiten unas prestaciones de buen nivel y una utilización cotidiana muy racional. En tráfico urbano nos podemos mover con el Celica con toda soltura dejando que el coche se recupere en cuarta velocidad sin tirones y con relativa rapidez.
Pero está claro que el comprador de un Celica no lo es por sus condiciones urbanas sino por su buen hacer en carretera. En este punto, los ingenieros de la marca han tenido bien en cuenta los condicionantes y los gustos de las carreteras y los conductores europeos, para hacer un juguete en el cual se conjugan una agilidad envidiable, un buen nivel de confort y una calidad al más alto nivel. En el primer punto hay que destacar que el Celica se mueve con agilidad en cualquier terreno. Ya sea una gran autopista, en la cual podemos mantener con soltura velocidades de crucero en tomo a los 180/190 kilómetros por hora. A esta velocidad, lo único que hay que criticar es la ligereza que toma la dirección, que se llega a hacer un tanto sensible. Por lo demás, el Celica toma las curvas como si fuese sobre rieles. En carretera, independientemente del estado del asfalto, el Toyota nos hace sentir igual que a Carlos Sainz. Es un coche ágil, que enlaza las curvas con suma facilidad y que da una gran satisfacción. Las reacciones, son las típicas de un tracción delantera, con una ligera tendencia a tirar de morro que se consigue neutralizar con el volante y el acelerador. La motricidad es muy buena y es muy difícil hacer perder la compostura al coche, salvo que forcemos la situación con acelerones fuera de lugar.
Los frenos son enérgicos y resistentes a la fatiga, pero el antibloqueo de frenos es muy sensible y entra en funcionamiento a la más mínima presión sobre el pedal. Este ABS es efectivo, pero no estaría de más que permitiese algo más de iniciativa al conductor. El manejo de la palanca de cambios es rápido y de corte muy deportivo. Queda perfectamente al alcance de la mano e invita a hacer uso de la misma. Es, en definitiva, un auténtico deportivo.
Todas las virtudes dinámicas del nuevo Celica están sazonadas con un espectacular aspecto, que no pasa desapercibido.
El morro es afilado, con los faros escamoteables. La iluminación es buena, pero como en casi todos los coches con este tipo de faros, su reglaje se hace algo impreciso.
Al igual que en la línea exterior, los interiores del Celica son totalmente nuevos. Los diseñadores han buscado afanosamente la fórmula para crear un ambiente agradable, pero lo que ha conseguido es una sobriedad germana. En el interior predomina el negro. Los fenomenales asientos están a mitad de camino entre un mullido sillón y un asiento de competición, por lo que cumplen bien sujetando el cuerpo en las curvas y ayudando a que la conducción sea un placer.
Al volante no hay problemas para adoptar una posición cómoda, puesto que tanto el asiento como el volante son regulables. Toda la instrumentación queda bien al alcance de la mano. La climatización se maneja a través de unos botones situado a la derecha del cuadro. Es destacable el excelente funcionamiento de este sistema, que permite una generosa entrada de aire de la calle sin tener que recurrir a ventiladores ni a la refrigeración, salvo que la temperatura exterior sea muy elevada. Esto es muy raro en coches aerodinámicos, pero en el Celica se ha conseguido gracias a un pequeño deflector justo delante del inicio del parabrisas.
En resumen, podemos decir que el nuevo Celica es un producto muy atractivo con un comportamiento sin pegas, un equipo completo y un precio atractivo, dada la exclusividad del producto. Lástima que las redes de asistencia de los importadores japoneses sean todavía escasas.
MECANICA | ||
Motor | Bueno | Es un motor polifacético, que nunca protesta y permite unas prestaciones brillantes |
Caja de cambios | Buena | Es rápida y agradable de utilizar. Está al nivel del carácter deportivo del coche |
Transmisión | Buena | Los desarrollos no son excesivamente cortos, pero colaboran para conseguir un buen tirón |
CONFORT | ||
Puesto de conducción | Bueno | Los asientos sujetan bien y todo queda perfectamente al alcance de la mano |
Climatización | Excelente | El caudal de aire permite que el aire acondicionado sólo sea necesario en casos extremos |
Sonoridad | Buena | El Celica no es un coche silencioso pero tampoco resulta escandaloso |
COMPORTAMIENTO | ||
Dirección | Buena | Afortunadamente no han caído en la tentación de asistir en exceso este mecanismo |
Frenos | Excelentes | Son potentes y resistentes a la fatiga. Falta un poco de tacto en el pedal |
Suspensión | Buena | Tiene un buen compromiso entre el confort y la dureza necesaria para un deportivo |
CARROCERIA | ||
Habitabilidad | Regular | Sin olvidar que es un coupé, su interior es más bien angosto, en particular detrás |
Baúl | Normal | Es razonable para las necesidades de dos personas. El respaldo posterior es abatible |
Calidad | Buena | Como es tradicional en la marca, no hay reproches en este aspecto |
RENDIMIENTO | ||
Velocidad máxima | Buena | Está a buen nivel y se consigue sin forzar la mecánica |
Aceleración | Buena | Sin ser espectacular, está en la línea de lo que cabe esperar de un coupé de esta categoría |
Recuperación | Normal | No es el punto más brillante del Toyota, pero permiten conducir desahogadamente |
ECONOMÍA | ||
Consumo | Bueno | Son sorprendentemente bajos para un vehículo de estas prestaciones |
Equipamiento | Excelente | No le falta casi nada. Destaca por lo racional de su disposición |
Precio | Normal | Está dentro de lo normal teniendo en cuenta el completo equipamiento |
CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS |
Motor |
Delantero transversal de cuatro cilindros en línea. Bloque y culata de aleación. Distribución por doble árbol de levas a la cabeza accionado mediante una correa dentada. Cuatro válvulas por cilindro. Cigüeñal de cinco apoyos. Refrigerado por agua. Cilindrada 1.998 cm3. Diámetro del cilindro 86 mm. Carrera 86 mm. Relación de compresión 10:1. Potencia máxima 160 CV a 6.600 rpm. Par máximo 23.7 mkg a 4.800 rpm. Alimentación por inyección electrónica. Combustible: Gasolina de 97 octanos |
Transmisión |
Tracción delantera. Caja de cambios manual de cinco marchas. Embrague monodisco en seco con accionamiento mecánico. Velocidad en 1era a 1.000 rpm 8.6 km/h, en 2da 13.8 km/h, en 3era 21.4 km/h; en 4ta 27.5 km/h, en 5ta 34.5 km/h. |
Dirección |
De cremallera con asistencia hidráulica. Diámetro de giro 10.8 m. Vueltas de volante de tope a tope 3.2 |
Frenos |
Delanteros de discos ventilados. Traseros de discos. Sistema antibloqueo |
Suspensión |
Delantera. Columnas McPherson con barra estabilizadora |
Ruedas |
Neumáticos 205/60 HR14. Llantas de chapa de 6 x 14 |
Pesos y capacidades |
Peso en orden de marcha 1.175 kg. Capacidad del depósito de combustible 60 litros |
PRESTACIONES Y CONSUMOS | |
VELOCIDAD MAXIMA | |
215,8 Km/h | |
ACELERACIÓN | |
0 a 400 m | 16.3 s |
0 a 1000 m | 29.8 s |
0 a 100 km/h | 8.4 s |
40 km/h a 400 m en IV | 18.6 s |
40 km/h a 400 m en V | 20.7 s |
40 km/h a 1000 m en IV | 33.6 s |
40 km/h a 1000 m en V | 38.4 s |
80 a 120 km/h en IV | 9.6 s |
80 a 120 km/h en V | 14.9 s |
FRENADO | |
A 60 Km/h | 15.6 m |
A 100 Km/h | 43.7 m |
A 120 Km/h | 68.3 m |
CONSUMO (l/100 km) | |
Ciudad a 30.1 km/h promedio | 10.5 |
En Carretera a 90 km/h | 6.1 |
En conducción rápida | 12.4 |
En Autopista a 120 km/h | 7.8 |
En Autopista a 140 km/h | 9.9 |
En Autopista a 180 km/h | 12.0 |
Consumo medio ponderado | 8.9 |
Autonomía promedio | 625 km |