PRUEBA: AUDI 100 2.2E

Fuente: AUTO-REVISTA, 26 de Mayo de 1990.

Quizá uno de los más importantes argumentos de venta que ha propiciado el éxito comercial del Audi 100, ha sido el elevado número de elementos de lujo y confort que esta versión ofrece entre su dotación de serie, convirtiéndolo así en una de las berlinas más lujosas de nuestro mercado, con un precio muy interesante frente a la competencia.

La austeridad no parece ya el denominador común que caracteriza a los automóviles alemanes; por lo menos en el caso de Audi, que tras su importante éxito en el mercado español durante los últimos años, ha pasado de ser una marca prácticamente desconocida, a ser una de las más importantes entre los automóviles de importación.

De ahí que haya tomado importancia el modelo 100, que ahora se presenta en nuestro mercado con una importante dotación de elementos de lujo, confort y seguridad, como son; las llantas de aleación ligera, sistema antibloqueo de frenos ABS, climatizador automático, ordenador de abordo, etc. Además el coche se encuentra relativamente favorecido por una política de precios interesante, teniendo en cuenta todas las características del modelo, ya que cuenta con un potente motor de cinco cilindros y 138 CV de potencia.

EXTERIOR

Realmente el diseño de la carrocería muestra ciertos rasgos de vejez, aunque con este modelo no se ha pretendido obtener una línea demasiado vanguardista. Se trata de una berlina de tamaño grande con líneas suaves algo clásicas. Frontalmente ofrece un aspecto elegante, con faros grandes rectangulares y los cuatro aros identificativos de la marca plastificados sobre la rejilla central. Su suave línea va ascendiendo poco a poco por la luna delantera hasta encontrar el enorme techo que cubre el habitáculo, para descender por el cristal hasta su tercer volumen: un maletero de forma tradicional, con los grupos ópticos colocados sobre el propio portón trasero, y en los extremos de la carrocería. Para darle un aspecto más joven y dinámico, se le ha dotado con unas bonitas llantas de aleación ligera con forma de “nido de abeja” sobre las que se han montado un os neumáticos de perfil bajo. Recorriendo toda la cintura del coche, una banda lateral decorativa, se une con la línea de los parachoques.

INTERIOR

En este apartado, el Audi 100 aporta su mayor estilo y personalidad. Su habitáculo ha sido diseñado para ofrecer los mayores niveles de seguridad y confort. SI bien su diseño es bastante tradicional, también hay que insistir en su funcionalidad y comodidad. Empezando por el tablero de instrumentos de diseño clásico, en el que se ofrece toda la información requerida por el mayor apasionado del automóvil; cuenta con dos grandes relojes indicadores, uno destinado a medir la velocidad del coche y otro a la velocidad de giro del motor. Bajo éstos, se encuentra un sencillo climatizador automático con display de diodos LED, que se encarga de mantener el habitáculo a la temperatura deseada, e informar de la temperatura exterior: todo el salpicadero y paneles de las puertas está rodeado por una banda decorativa de madera barnizada. Ofreciendo una elegancia y distinción especial.

Aunque la postura de conducción no es la deseada, pues no dispone de volante regulable en altura, ofrece unos asientos cómodos, con regulación en distancia y altura para el conductor, que sujetan el cuerpo bastante bien en las curvas. Las plazas traseras también están muy conseguidas, al disponer de espacio más que suficiente para viajar con comodidad tres personas adultas. Tanto su anchura como distancia respecto a los respaldos delanteros es correcta. Además posee un práctico hueco bajo el reposabrazos trasero central, comunicado con el maletero, que permite transportar objetos largos como esquíes, etc.

Entre su dotación de serie conviene destacar el sistema antibloqueo de frenos ABS, climatizador automático, servodirección, pintura metalizada, ordenador de a bordo, cierre centralizado y ventanillas eléctricas en las cuatro puertas, preinstalación de radio con seis altavoces y toma para auriculares en las plazas traseras, espejos retrovisores térmicos orientables eléctricamente, etc.

MECANICA

El propulsor elegido para mover con facilidad este modelo ha sido un cinco cilindros en línea de 2.200 centímetros cúbicos, que rinde una potencia máxima de 138 CV, caracterizado por un tremendo par desde bajas revoluciones de giro. Este propulsor ofrece una suavidad y progresividad excepcional, ayudado por una caja de cambios de desarrollos un poco largos, aunque la elasticidad del motor permite corregir en buena medida los desarrollos del cambio. El accionamiento y manejo del cambio es de lo más sencillo, gracias a una corta palanca situada correctamente, que permite efectuar los cambios de relación, con la mayor suavidad, rapidez y precisión.

En el apartado de los frenos hay que destaca r dos características importantes del modelo. Primero, su efectividad en cualquier tipo de terreno y circunstancias, y segundo, la posibilidad de conectar o desconectar a voluntad, el sistema antibloqueo de ruedas ABS, mediante un interruptor situado en la consola central del tablero de instrumentos. Tanto si el ABS está conectado o no, los frenos se muestran capaces de detener el coche en muy pocos metros, al ejercer presión con suavidad sobre el pedal del freno. Las suspensiones también cumplen su cometido correctamente, aunque no disponen de un tarado demasiado duro, por lo que la caja muestra ligeras inclinaciones al circular con soltura por zonas viradas.

La dirección servoasistida resulta muy cómoda a la hora de efectuar maniobras por ciudad, ya que está bastante desmultiplicada, sin embargo no ofrece la resistencia recorrida cuando se circula rápido por autopista, mostrándose muy suave y precisa, por lo que obliga a circular prestando especial atención.