PRUEBA: Audi 80 Quattro (segunda parte)

La carrocería es exactamente la del 80 de cuatro puertas, sin más que algunos retoques de detalle. Concretamente son el spoiler sobre el capot trasero y los embellecedores de rueda del modelo 100. El resto es igual.

No es una carrocería particularmente esbelta ni aerodinámica. Incluso se le podría criticar el de ser relativamente larga para la anchura que tiene y para su habitabilidad real.

El asiento del conductor tiene un sistema de regulación mecánica de la altura, lo que permite paliar en parte el que, como hemos dicho ya, los asientos queden demasiado bajos. Una vez conseguida una aceptable regulación del asiento, a base de jugar con la altura, el ángulo del respaldo y la distancia del asiento a los pedales, el conductor se encuentra con que el volante le queda a buena altura y con buena inclinación. La instrumentación queda visible y todos los mandos son accesibles. Sólo el regular el retrovisor de la derecha le está vedado, puesto que, si bien es de mando interior, éste es manual y situado en la misma puerta. La iluminación de los mandos es buena y permite descubrirlos sin problemas durante la noche.

La visibilidad es correcta, ayudada, hacia atrás, por el retrovisor interior y dos exteriores. El alumbrado está a la altura de las prestaciones.

Cuadro de instrumentos completo, pero poco vistoso. En la consola existe un tirador para bloquear el diferencial intermedio y el trasero, según las necesidades del conductor.

Los asientos delanteros del Audi sujetan bien, pero tienen un respaldo demasiado echado hacia atrás. Los traseros son confortables, pero un poco bajos.

En el Audi 80 se acomodan confortablemente cuatro personas y, un poco más ajustadas, cinco. La banqueta trasera no es lo suficientemente amplia como para que esa quinta persona adulta se acomode sin pedir un sacrificio en el confort a los otros dos.

La accesibilidad, a través de las cuatro puertas, es buena y sin problemas. Las cuatro puertas abren mucho y son amplias. Los asientos son relativamente bajos, lo que dificulta a las personas mayores el acomodo en ellos, aunque tenga la ventaja de permitir una buena distancia al techo. El maletero es amplio. Tiene bastante profundidad y es de formas cuadradas.

El fabricante ha optado por entregar casi a tope de equipo este coche, lo que nos parece un acierto. No es barato, pero cuando uno decide comprárselo se lleva un vehículo a la altura de lo que se espera de él, no sólo en prestaciones, sino también en equipo. Lleva elevalunas eléctricos en las puertas delanteras, cerraduras centralizadas, aire acondicionado, equipo de radio, etcétera. Todo eso dentro del precio.

Las opciones que se ofrecen se reducen a un par de ellas, como las llantas en aleación y la tapicería en cuero.

Impecable como en todos los coches alemanes, a los que es difícil pillarles en un defecto de terminación. Lo que si resulta un poco sombría es la presentación, en la que se nota demasiado la influencia de la marca hermana Volkswagen y la obsesión por unificar elementos del ingeniero Piech. El salpicadero, que normalmente es lo que suele marcar el aspecto interior del vehículo, es demasiado funcional, todo en plástico, sin el menor disimulo. Por bueno y completo que sea el equipo del coche, resulta triste.

Los hombres de Audi han conseguido aunar el confort de suspensión con la estabilidad. Las suspensión del 80 Quattro es relativamente firme, evitando que el coche balancee en exceso en las curvas, pero eso no evita que absorba bien las irregularidades de la ruta.

Interiormente, los asientos son duros en su primera impresión, pero en ellos se aguantan bien los largos viajes.

De todas formas, habría que mejorar el diseño de los asientos delanteros, demasiado inclinados hacia atrás, en la parte alta del respaldo. Sujetan bien la zona lumbar y lateralmente al conductor, pero éste debe mantener la parte alta de la espalda por su propio esfuerzo… Un asiento más anatómico, tipo Recaro, sería un buen complemento para el coche.

Del ruido ya hemos hablado. El nivel es relativamente alto, pero el no ir acompañado de vibraciones fuertes resulta soportable.

Hay que contar que hoy por hoy es el coche más barato de los que pueden tener tracción a las cuatro ruedas que se puede comprar en nuestro país. Por otro lado, es una berlina amplia, confortable, con un buen equipo, que ofrece un alto nivel de prestaciones. Y, sobre todo, ofrece una estabilidad a toda prueba que lo convierte en un coche casi único.

Sólo hay un coche, si descartamos los vehículos todo-terreno, comparable al 80 Quattro or su tracción a las cuatro ruedas: el Audi Quattro. Si lo que queremos es buscar competidores en función del precio y la habitabilidad del coche, hay que buscarlos en el Mercedes 190 E y en el BMW 525i.

Comportamiento

Si tanto en prestaciones como en consumo se mantiene en las mismas cifras que sus competidores en precio, cuando se trata de hablar de comportamiento, el 80 Quattro se convierte en el número uno, superando a su hermano el coupé Quattro.

Aquel es más potente, pero también es más pesado y difícil de manejar. Además, el que sea turbo no arregla las cosas, pues la potencia aparece con cierta brusquedad y resulta mucho menos agradable de llevar rápido.

De sus rivales con dos ruedas motrices, sólo en Mercedes, en seco, puede pretender una estabilidad próxima a la del 80 Quattro, que se queda sin rivales cuando el suelo está mojado.

Habitabilidad

En este terreno hay una victoria de Mercedes. En cambio el Audi queda a la altura del BMW, tanto en interior como por maletero. Ambos son coches más bien largos y estrechos.

En cuanto al coupé, tiene prácticamente la habitabilidad del 80, pero con la limitación de la accesibilidad a través de dos puertas.

En presentación, ninguno de los cuatro coches se distingue por su vistosidad, pero en equipo hay que poner delante a los dos Audi, que vienen bastante completos, mientras que tanto el Mercedes como el BMW hay que recurrir constantemente a las opciones.

Conclusión

Pensamos que el 80 Quattro puede satisfacer, tanto a un conductor con espíritu deportivo como a otro de gustos más pausados, ofreciendo en ambos casos una buena habitabilidad que no es sinónimo  de pesadez o falta de agilidad.

El 80 Quattro puede resultar algo  menos confortable que el Mercedes –por el ruido, pero tiene una estabilidad envidiable y ofrece un buen equipo. En prestaciones está a buen nivel y no cae en la exageración del coupé Quattro, que es un coche casi reservado para fans de Hannu Mikkola, Michele Mouton o Walter Röhrl.

Fuente: MOTOR 16 Nº 22,

Texto: Sergio Piccione

Fotos: Ángel Carchenilla y Alfonso J. Nieto.

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