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PRUEBA: Dodge 3700 GT Automático

Publicado en por tiempodeclasicos

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En junio del año 1971 publicamos en estas mismas páginas la prueba completa del Dodge 3700 GT, un automóvil de “prestigio” que estaba y sigue manteniéndose a la cabeza de toda las producción nacional. No en balde el Dodge GT es el coche más grande, más equipado, potente y caro de todos los que se fabrican en el país. Entonces el Dodge era un coche de tanta actualidad como ahora; antes, por presentar un tipo de línea totalmente renovado, y ahora, por introducir una nueva versión con cambio automático.

Se da el hecho de que este modelo es el primer vehículo enteramente automático que se fabrica en España, y esto bien merece una prueba complementaria, ya que no en balde en estos últimos años el automatismo se ha impuesto de manera clara en todos los mercados por las ventajas que ofrece a los conductores de todo tipo.

El Dodge 3700 GT se presentó por vez primera durante el Salón de Barcelona del año 71 y, como decíamos por aquellas fechas, buscaba una renovación de líneas en los automóviles de prestigio basándose en diseños más actuales que sus predecesores, siendo la elegida para el cambio la del Valiant, que, al mismo tiempo que en España, se fabricaba en Estados Unidos y en Argentina. Un coche cien por cien al gusto americano y exuberante de paragolpes a paragolpes, que tiene desde entonces una gran acogida entre un sector del público más amplio de lo que el precio del coche, su consumo y sus impuestos parecían vaticinar en aquella su primera época.

Todos esos usuarios de Dodge se sentirán interesados en conocer los pormenores de esta versión automática para ver las ventajas que ofrece o deja de ofrecer frente a la versión de cambio manual, y, por otro lado, al ser el primer cambio de este tipo que se monta en el país, este interés se ha de ampliar a todo tipo de usuarios, pues ya son de todos conocidos los planes de varios de nuestros fabricantes en incorporar en plazo breve este tipo de cambio a algunos de sus mejores modelos. Veamos, pues, los pormenores de este interesante y exuberante modelo que hoy les presentamos en tan adecuada compañía.

3700 GT Aut 6MECANICA MUY ADECUADA A LAS CARACTERISTICAS GENERALES

El esquema del motor de este Dodge sigue siendo el mismo de las primeras series, y, la verdad sea dicha, no consideramos interesante realizar reformas en una mecánica que ya ha demostrado de sobra sus buenas cualidades de rendimiento y duración, sobre todo si tenemos bien presente que este tipo de motor encaja perfectamente dentro de las características generales del modelo. En efecto, un coche pesado, con motor también pesado, pero dotado de un amplio margen de potencia, conseguida a base de una importante cilindrada; un motor elástico, silencioso y que tiene garantizada su duración mediante un régimen moderado de revoluciones y una baja relación de compresión. Estas son, por lo tanto, sus principales virtudes, ya que tira muy bien en baja y se mantiene perfectamente en marchas altas sin importar el elevado peso para el que trabaja.

En la contra, nos encontramos con un consumo elevado, lo cual no deja de ser normal en un coche de seis cilindros, 3.700 c. c. y carburador doble. Pero esto del consumo depende de la utilización y el sistema de conducir de cada persona, ya que el Dodge no perdona a quienes van con el acelerador siempre a tope y, en cambio, suele ser bastante agradecido con los que se conforman con la velocidad crucero y saben llevarlo a punta de gas de una manera adecuada.

Con el resto de los elementos que componen la mecánica del Dodge ocurre algo parecido, y así nos encontramos con una suspensión blanda y de gran recorrido, bastante correcta de cara al confort y aceptable de cara al comportamiento siempre que no se pretenda tomar las curvas al límite, ya que entonces nos encontramos con un coche de elevado balanceo y acusada deriva, que nos dará bastante trabajo de llevar por el buen camino.

La dirección resulta de una excelente suavidad gracias al sistema hidráulico que monta y que permite girar el volante de tope a tope con el coche casi parado sin ningún tipo de esfuerzo; naturalmente, esta comodidad de manejo supone una notable pérdida de precisión, y también se ha de apuntar como defecto que carece por completo de reversibilidad. Eso sí; los que ya han conducido Dodges de las versiones Dart encontrarán una notable ventaja en este tipo de dirección gracias a su mucho más adecuada relación de desmultiplicación.

Los frenos merecen capítulo aparte, y ese gran pedal típico en todos los automáticos nos pone en comunicación con un correcto sistema a base de discos delanteros y tambores traseros con doble circuito y un potente servofreno que no perdona a aquellos que tienen poco tacto. Personalmente, no somos amigos del servofreno en coches medianos, ya que resta bastante precisión en las frenadas, pero en el caso de un coche de más de 1.400 kilogramos en vacío se hace absolutamente imprescindible, pues mandar la presión suficiente a “pie libre” sólo sería posible para auténticos forzudos.

Así, pues, un sistema bastante lógico para este tipo de coche; un coche muy largo y de notable distancia entre ejes, que siempre se desviará algo en frenadas apuradas y en el que se ha de andar con mucho ojo para no bloquear ruedas por una presión excesiva, pero, sobre todo esto, un sistema capaz de proporcionar frenadas eficaces y de muy cómodo manejo.

Conclusión: La mecánica del Dodge está pensada, punto por punto, para ofrecer en todo momento la máxima comodidad en su conducción y para funcionar preferentemente de manera moderada y suave. No queremos decir con esto que el Dodge no sea capaz de realizar fulgurantes aceleraciones y alcanzar una elevada velocidad punta, pues no en balde le avalan 165 CV., pero de lo que no cabe duda es de que cuando más se le coge sentido y se saborean las cosas buenas de este coche (relegándose las malas a un lejano segundo término) es cuando marchamos a un ritmo moderado; pensando en que estamos en un coche clásico y que en el punto medio está la virtud; un ritmo moderado y un punto medio que, por otro lado, resulta bastante interesante, ya que la velocidad de crucero está en este coche en los 130 ó 135 kilómetros hora -y sólo empieza –a tener el conductor auténtico trabajo sobre los 150 ó 160 kilómetros hora., ya que ante todo va como un reloj dentro de ese confortable salón con ruedas que es el habitáculo de un Dodge.

3700-GT-Aut-8.jpgUNA LINEA ELEGANTE Y AMGULOSA

Ninguna variación en el aspecto exterior de este sedán de cuatro puertas y casi cinco metros de largo por 1,90 de ancho y 1,40 de alto, salvo la pequeña placa trasera de “automático” que diferencia esta versión de las anteriores. Casi cinco metros de largo y más de 1.400 kilos de peso en vacío han de ser por fuerza ampulosos, aunque eso no es ni una virtud ni un defecto, sino más bien un estilo que a unos gusta y a otros no. Eso sí, un coche de línea fina y elegante, bastante proporcionado y agradable de ver, lo cual para muchos será bastante más importante que la mera referencia al tamaño. Sobre estos presupuestos iniciales nos encontramos frente a un automóvil con un equipo exterior muy cuidado y en el que no falta de nada. Comencemos por la visibilidad, buena en todas direcciones gracias a lo amplio y bien dispuesto de sus superficies acristaladas que, como corresponde a un vehículo de esta categoría, están ligeramente teñidas para reducir la luminosidad de los rayos solares que penetran en el interior, sin por esto reducir la visibilidad en ningún tipo de circunstancias.

En este mismo aspecto se ha de señalar que el coche viene dotado de serie de espejo retrovisor exterior, así como de resistencia térmica antivaho en la luneta trasera y limpiaparabrisas de dos velocidades con lavacristales eléctrico. De cara a la visibilidad nocturna, un par de pequeños faros a cada lado se encargan de dar el caudal de luz suficiente en luz de carretera por llevar lámparas de iodo; en cambio, la luz de cruce es pobre, con bombillas convencionales, y de cara a la visibilidad también tenemos que censurar los parasoles, pues resultan algo pequeños para el tamaño del parabrisas. La señalización también está, muy cuidada, con indicadores de dirección en los laterales, pilotos de posición empotrados en el paragolpes y un buen equipo óptico trasero que incorpora luces de retroceso. Como novedad en este modelo tenemos que señalar un avisador óptico de emergencia que acciona a un mismo compás a los intermitentes de las dos bandas; un bonito y sencillo detalle que bien podría ser imitado por otros fabricantes.

Una gama de colores muy cuidada nos sigue en este paseo por el coche, que incorpora en serie techo de vinilo. Tampoco son exagerados los cromados, salvando, naturalmente, los grandes parachoques, que, como en el caso de la modelo, resultan casi casi insuficientes para cubrir la ampulosidad de sus líneas.

Muy bonitas ruedas, aunque también un tanto ajustadas para esos neumáticos de 185 por 14, y como veremos más adelante, eso afecta de manera negativa al comportamiento en curvas del coche. Naturalmente, el Dodge viene de fábrica con cerradura en el tapón de acceso al depósito de combustible, último detalle que nos quedaba por ver para apreciar que el equipo exterior está muy cuidado y que, aparte de grande, elegante y bonita, esta carrocería está perfectamente equipada.

3700 GT Aut 3UN INTERIOR CASI DE AUTENTICO LUJO

Los coches de carrocería ampulosa van perdiendo interés con el paso del tiempo, ya que a la hora de entrar en congestiones de tráfico los metros de más siempre son un problema; problema de maniobrabilidad, de aparcamiento y de consumo. Pero los coches de carrocería ampulosa tienen también una serie de ventajas que nadie puede refutar y que cobran más y más interés con el tiempo; nos referimos concretamente al habitáculo: amplio, cómodo, elegante y bien equipado. Un interior capaz de hacer las delicias de todos y que tira por el suelo las teorías de los detractores de los coches grandes cuando les acoplamos en las cómodas butacas de un coche del tipo de este Dodge automático.

La habitabilidad queda fuera de toda duda, ya que tres metros de largo anatómico en el habitáculo permiten el acople perfecto de cinco o seis personas sin ningún tipo de apreturas; eso sí, los asientos no son en este caso concreto de un perfecto diseño y tampoco los tapizados, pues utilizar plástico en un coche de este tipo es un detalle bastante censurable, pero lo verdaderamente interesante de este coche es el equipo, sin duda el más completo de todos los automóviles de fabricación nacional y gracias al cual el Dodge se mantiene a la cima de su prestigio. En efecto, aparte de un completo tablero de mandos, dotado de cuentavueltas, velocímetro, cuentakilómetros total y parcial, relojes de presión de aceite, temperatura de agua, carga de la batería y nivel de combustible, nos encontramos con toda una serie de accesorios destinados a conseguir el mayor confort para los ocupantes, mereciendo destacarse de manera especial la presencia de autorradio con “cassette' incorporado y dos altavoces de utilización conjunta o diferenciada, reloj horario, encendedor, un buen sistema de calefacción y como detalle de máximo refinamiento, un sistema muy eficaz de aire acondicionado.

Como se puede apreciar, aparte del detalle de la caja automática de cambios que caracteriza a este nuevo modelo, la riqueza de equipo es el punto que le da más interés al Dodge en todos los sentidos; no es el coche que corre más, ni el que mejor comportamiento tiene en carretera ni en el que más se nota su amplia potencia, pero para muchos usuarios todo esto son meros adjetivos, y lo que realmente les importa es sentirse completamente a gusto en el interior de su automóvil, y en este aspecto no cabe la menor duda de que el Dodge se merece los máximos elogios. Eso sí, conviene revisar toda una serte de detalles, como el ya aludido de los tapizados y corte de los asientos. Otra ventaja de cara al confort se deriva del silencioso funcionamiento, del tranquilo y dimensionado motor de seis cilindros, así como del amplísimo maletero, que, aunque algo escaso de altura, tiene la superficie suficiente como para introducir en él sin ningún tipo de problemas todo lo que se desee.

3700 GT Aut 5

 

UNA GRAN NOVEDAD: EL CAMBIO AUTOMATICO

El empleo en automóviles de cajas de cambio automáticas no es precisamente una cosa reciente y su historia se cuenta mejor en décadas que en años, pues ya en 1917 encontramos en Estados Unidos un coche, concretamente el Premier, con un selector eléctrico de velocidades, y en 1939 se montan ya en varios modelos americanos transmisiones totalmente automatizadas. Desde entonces ha llovido mucho y el cambio automático ha tenido siempre defensores y detractores, pero estos últimos parece ser que piensan mirando sólo hacia atrás. En efecto, repasando el catálogo actual de toda la producción mundial nos encontramos con la realidad de que una gran mayoría de los modeles más interesantes, sea cual sea su nacionalidad, ofrecen versiones con cambio automático, y cuando su uso se ha generalizado de tan importante manera por algo será.

En España tuvimos una primera experiencia de este tipo con un vehiculo fabricado también por Chrysler concretamente el Simca 1000 de cambio semiautomático, que, aunque se vendió en muy pequeñas cantidades dio un gran partido y agradó bastante a sus propietarios. Ahora nos encontramos con algo que es ya bastante más serio, pues el sistema de transmisión automática que equipa este Dodge 3700 GT está completamente automatizado y, por lo tanto, supone muchas más y mejores, ventajas. Concretamente, es una caja “Torqueflite”, modelo A-904, de tres relaciones y con un selector situado sobre la consola central con seis posiciones: P (aparcar), R (marcha atrás), N (neutro o punto muerto), D (utilización normal), 2 (retención normal), 1 (retención máxima). Aparte de esta posibilidad manual, el cambio actúa automáticamente según sea la presión aplicada sobre el pedal del acelerador, bien para conseguir la utilización más correcta (media presión), bien para rodar de la manera más económica (mínima presión) y también para conseguir las máximas aceleraciones (máxima presión).

Para una utilización normal, tanto en ciudad como en carretera, basta con situar la palanca de selección en D, ya que el coche por sí solo y a partir de aquí va seleccionando las marchas más adecuadas para la arrancada y la marcha posterior de la manera más conveniente; naturalmente, en caso de detención no hace falta mover el selector para nada, y sólo en caso de paradas muy prolongadas es conveniente llevarla al neutro. En carretera, cuando se circula a velocidad muy alta y se necesita efectuar una retención ante cualquier tipo de imprevisto, basta con correr el selector a la posición 2, ya que sea cual sea la marcha del vehículo, el cambio engranará automáticamente la segunda marcha en el mismo momento en que el régimen motor lo permita, y lo mismo ocurre con la 1, que se puede seleccionar hasta circulando a la máxima velocidad, pues el cambio irá retrocediendo por sí mismo hasta llegar al momento adecuado para engranar la 1. En carreteras de montaña muy viradas y con fuertes bajadas, se sitúa el selector en 2 y se anula así el engrane de la directa para evitar que el coche quede suelto de retención, y en casos muy extremos se ha de utilizar la 1 en similares condiciones.

El funcionamiento en general es perfecto y esta caja automática cumple su cometido con toda perfección. Tan sólo anotaremos dos pegas: la primera, de cara a las relaciones entre marchas, pensadas más a la americana que a la europea, y así existe un bache importante entre 2 y D y uno aún más exagerado entre 2 y 1, ya que esta última sólo se engrana en retención sobre los 40 kilómetros por hora. El siguiente defecto no es de la caja en sí, pero la afecta de manera directa, y se refiere al “starter” automático del que va dotado el carburador, lo cual no es nada adecuado para un coche de cambio automático, pues al tener una excesiva alimentación el motor después de una arrancada en frío se revoluciona demasiado y el coche se ha de sujetar con el freno entre tirón y tirón, actuando con bastante brusquedad hasta que alcanza su temperatura y deja de actuar el “starter”.

Con todo, este cambio automático supone toda una serie de ventajas de cara a la comodidad de manejo y a la correcta utilización del coche, pues la perfección de los cambios que realiza por sí sola permiten una marcha muy fina y también muy conservadora de la mecánica y positiva de cara al consumo. Aparte de esto, la posibilidad de retención manual permite tener al coche siempre sujeto a base de motor y conducirlo si se desea al límite por carreteras viradas con similar seguridad a la que proporciona un coche con cambio manual.

3700 GT Aut 1CONCLUSION

 En la revisión de los más importantes modelos nacionales que estamos efectuando para nuestros lectores no podía faltar un trabajo sobre este Dodge 3700 GT automático por tres motivos fundamentales: ser el coche de más categoría y precio de nuestro mercado, disponer del equipo más completo y, finalmente, aportar la novedad del cambio automático. Desde luego, no corren tiempos favorables a los ampulosas y grandes coches de lujo, que, en una época caracterizada por su sentido de la utilidad al cien por cien, deja de lado todo lo que sea ostentación y vanagloria; ahora se aprecian especialmente los coches maniobreros, fácilmente aparcables, de poco consumo, funcionales… Nada de esto tiene el Dodge y, sin embargo, son muchos los que lo tienen o los que sueñan con él, pero más por lo que representa que por lo que ofrece. Un público muy específico y que encuentra en este coche la horma justa para sus sueños y sus deseos.

Pese a este desfase inicial, un coche de lujo de este tipo aporta una importante serie de ventajas que, aunque se han de pagar a un alto precio, ofrecen toda una serie de importantes satisfacciones; así, nos encontramos con un coche potente, cómodo de manejar y, sobre todo, confortable al cien por cien, ya que en su habitáculo existen todo tipo de detalles destinados a ofrecer el máximo bienestar a los ocupantes. Amplitud, suspensión cómoda, grandes y mullidos asientos, silencio de marcha y un equipo en el que no falta nada, comenzando por lunetas coloreadas para aislarnos del exterior y terminando por el aire acondicionado. En una época en la que la saturación del tráfico aconseja tomarse las cosas con calma, no cabe la menor duda de que el interior del Dodge es un auténtico sedante.

Finalmente, la novedad del cambio automático, que supone por sí solo toda una manera de entender el automóvil y que se acopla perfectamente a este modelo para hacer su conducción más perfecta y descansada; un detalle que pone broche de oro a toda una serie de elementas destinados a facilitar las cosas al máximo. Esta es la cara y la cruz de este nuevo modelo, un coche muy interesante en cuanto a las novedades que aporta, y también por dar una posibilidad de opción a los usuarios distinta de lo normal; un coche con virtudes y defectos, pero que se ha de encuadrar entre los más importantes y que no se puede dejar en ningún momento de lado.

3700 GT Aut 2 

 

Fuente: CUATRORUEDAS Nº 120, Diciembre de 1973.

 

NOTA: Las imágenes no corresponden con las de la publicación original.

DOSSIER: Los turismos Dodge fabricados en España

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