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Historia de la Copa Renault 8 TS

Publicado en por tiempodeclasicos

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Hasta el año 1969, participar con ciertas posibilidades de éxito en cualquier carrera automovilística disputada en España era algo a lo que sólo podían aspirar aquellos que dispusieran de los deportivos más impresionantes y costosos del momento.

Hacía dos años que se había inaugurado el circuito permanente del Jarama y los vehículos de fabricación nacional mejor preparados apenas lograban cuajar ninguna victoria ante la apabullante presencia de los Porsche, Alfa-Romeo, Abarth, Alpine... Frente a esta situación era realmente difícil, por no decir imposible, que los pilotos noveles lograran una adecuada formación y promoción sobre monturas mucho más modestas que las de los "ases” del momento y todas las carreras se resumían en una mera y monótona exhibición de potencia.

Fue entonces cuando comenzó Fasa a fabricar el Renault 8-TS, un coche de estricta serie, pero dotado de unas grandes cualidades deportivas y, tras una serie de conversaciones con la Federación Española de Automovilismo, ésta se encargó de organizar y dirigir un campeonato animado especialmente por el espíritu de “revelar y promocionar nuevos valores para el automovilismo nacional”. Nació, pues, la Copa TS, avalada por el éxito conseguido en el extranjero por campeonatos del mismo tipo, como bien pueden ser Copa 8-Gordini, en Francia, o anteriormente, y por citar un ejemplo, la Copa de Debutantes, brasileña, disputada sobre Dauphine-Gordini, y en la que comenzó a destacar por sus brillantes actuaciones un joven llamado Emerson Fittipaldi, que, como todos sabemos, ha llegado a ser nada menos que campeón del mundo de Fórmula 1.

Buscando una igualdad de posibilidades para los pilotos noveles, el reglamento de aquel primer campeonato, que de hecho es el mismo que se mantiene en la actualidad, impedía cualquier tipo de modificación en los coches, salvo aquellas encaminadas a buscar una mayor seguridad, y daba también una lista de notoriedad que impedía la participación a aquellos pilotos cuya maestría y calidad era reconocida por todos. También es de destacar que, intentando evitar el matemático conocimiento de una pista, el campeonato se disputaba en cinco circuitos diferentes, y a partir de la segunda edición se incluyeron también pruebas de rallyes.

El primer campeonato tuvo un líder indiscutible, Salvador Cañellas, un piloto que por entonces ya gozaba de una merecida fama por sus brillantes actuaciones en el campo motociolista y que venció en todas las pruebas menos una. Pero Cañellas no sólo sirvió de ejemplo, sino también de maestro, pues el resto de los pilotos aprendieron de él a trazar curvas de la manera más positiva y, de paso, a saber en cada momento cuáles eran las presiones de inflado más correctas, el mejor reglaje de encendido...

Tras el tanteo inicial de este primer campeonato, en el segundo nos encontramos ya con toda una serie de nombres que, unidos al de Cañellas, dan ya completa forma a esa generación que en la actualidad va copando cada vez puestos más altos, y entre los que citamos, un poco al azar, los de Van Dulken, "Fafeche", E. Villacieros, Anet, "Correcaminos", Rosende, Zapico, Pavón, Rasilla, Clot... Como dato curioso, digamos que el mismo Ángel Nieto, nuestro pentacampeón mundial de motociclismo, realizó también algunos pinitos en la TS en los ratos que le dejaba libre la motocicleta, y que negó incluso a clasificarse en cuarta posición en la primera carrera: todo un ejemplo.

El campeón de este año, Gerardo Van Dulken, vio luego malograda su carrera a causa de un accidente que sufrió en un monoplaza durante la temporada siguiente, pero pese a ello aún sigue vinculado con toda ilusión a este deporte y aún no ha dicho su última palabra. Van Dulken venció también en la primera prueba de carretera, el Rallye de España, en el que logró clasificar a su TS en el noveno puesto de la general, seguido a la zaga por otro buen número de TS, lo que demostraba que estos coches no eran tan sólo idóneos para circuito, sino que su dureza y resistencia les permitía abordar con éxito las difíciles carreras en carretera que tantos estragos provocan entre los coches de más fama del mundo.

Al año siguiente sólo se sale del circuito del Jarama para correr en otros tres circuitos provisionales españoles, pues parece la medida más adecuada de cara a la seguridad de los pilotos, que en dicho año ya han formado su propia asociación, lo que indica que se va alcanzando cada vez mayor madurez. También en esta ocasión el vencedor del Rallye de España entre los TS es el que se alza finalmente con la clasificación final: Juan García de la Rasilla, que, aparte de los premios de rigor y como suele suceder con todos los vencedores de la copa, pasa a engrosar las filas del equipo oficial de Renault, lo cual supone por sí solo un excelente estímulo para los pilotos.

La temporada última, la victoria va para Juan Ignacio Villacieros, que dio sus primeros pasos en competiciones también en un TS y asistiendo como copiloto a su hermano Eduardo. El campeonato tiene un corte muy similar al de la edición anterior, y en él destacan, aparte del vencedor, Carlos Jodar, "Correcaminos", Villota... Los mismos hombres que durante la temporada actual van a la cabeza de los campeonatos de monoplazas, demostrando carrera tras carrera su buena escuela.

Digamos que Villacieros ya va rozando el récord de Cañellas en cuanto a victorias conseguidas, y es que, sin duda alguna, la TS es una auténtica escuela de campeones. Esto lo saben muy bien todos los jóvenes "teesistas", que luchan durante esta temporada por una. buena clasificación, y bien seguros estamos que de entre sus primeros puestos, al igual que ha venido ocurriendo todos los años, saldrán auténticas figuras del automovilismo y que, por otro lado, los que quedaron más atrás serán para siempre unos excelentes aficionados y, naturalmente, unos conductores de primera línea.

 

Fuente: CUATRORUEDAS Nº116, Agosto de 1973.

PRUEBA: Renault 8 TS Segunda generación

DOSSIER: Renault R8

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